Las organizaciones están integradas por personas; cada una de ellas cumple un rol y tiene sus intereses, emociones, deseos y un mundo interior muy rico. 

Esta complejidad abre un panorama para llevar adelante las tareas diarias que puede no ser el que imaginamos. Quienes hemos trabajado en organizaciones (instituciones, empresas) bien sabemos que se producen roces, enojos, malentendidos y otros tantos “males” que desgastan la convivencia, imposibilitan el desarrollo del potencial de las personas y, en consecuencia, el rendimiento general de la organización.

Desde mi experiencia de trabajo como coach en estos ámbitos puedo asegurarles que la mayoría de estos problemas tienen una madre y un padre: la falta de gestión y los problemas de comunicación. 

En ese contexto, hoy les voy a hablar de un concepto que les va a encantar, porque seguramente les va a resonar como un fenómeno muy común que ocurre en sus lugares de trabajo, pero que nadie advierte: el marco de obviedad.

¿Qué es el marco de obviedad? 

Consiste en todo aquello que damos por obvio y que no le aclaramos a otros pensando que también es parte de su marco de obviedad, que es algo que está sobreentendido.

Les pongo un ejemplo típico: cuando un superior pide en una organización “algo”, siempre lo hace desde la urgencia, desde su necesidad y cayendo en la trampa de la ansiedad que nos trae la vida fast en la que estamos inmersos; ese pedido siempre va a ser “para ayer”, como suele decirse. 

El gran problema es que nuestro propio nivel de urgencia no es el nivel de urgencia del otro. Y el marco de obviedad nos lleva a creer que lo que le decimos al otro está lo suficientemente claro para que lo comprenda. Estos sobreentendidos generarán, por supuesto, caos, desorden, malestar: lo que llamamos en el pensamiento sistémico, entropía. ¿Te hacen sentido mis palabras?

Nada es obvio: ni en las organizaciones, ni en la vida…

Creo que es importantísimo resaltar que no existe nada obvio compartido con otros: hasta lo más obvio y esencial no siempre lo es para todos. Pero para solucionar este inconveniente en las organizaciones podemos valernos de herramientas que achiquen los marcos de obviedad o que generen marcos de obviedad compartidos.

Todo tiene solución en esta vida, excepto la muerte, dicen por ahí. ¡Por supuesto que así es!

Por eso, si mientras me leías sentías que estas son situaciones típicas que ocurren en tu organización que están impidiendo un flujo armonioso de trabajo, una convivencia amena y un desarrollo de las capacidades del grupo en pos de la eficiencia general, te invito a que me dejes tu inquietud.

¿Empezamos a trabajar?

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