¿La vida saludable y los buenos hábitos pueden evitar que nos enfermemos?
Mucha gente llega a mis sesiones pensando que un cambio de hábitos – alimenticios sobre todo-, va a ser la piedra filosofal, el elixir de la vida que los va a liberar de todas las enfermedades y les va a garantizar cierta “inmortalidad”.
Llevo ya muchos años trabajando como trainer coach de hábitos y les puedo decir que los buenos hábitos pueden prevenir que se desencadene o despierte determinada información genética hacia determinadas enfermedades.
Sin embargo, no garantizan que esa persona se enferme. Si en nuestra familia existen antecedentes o predisposiciones a ciertas patologías y tenemos hábitos diarios poco saludables, es posible que seamos propensos a que ese gen se desencadene. Así también la contracara son las personas que tienen determinados hábitos (sedentarismo, tabaquismo, etc.) pero no llevan la carga genética que las predispone.
La vida saludable no evita que nos enfermemos
Es importante que hagamos consciencia de que somos seres biológicos que tienen a enfermarse y que nos van a pasar cosas por más hábitos saludables que tengamos. ¡Nada garantiza que no nos vayamos a enfermar! Dejemos de pensar, entonces, que porque llevamos una vida saludable vamos a ser eternos.
Es cierto que podremos mejorar nuestras condiciones para prevenir enfermedades pero nadie tiene la vida comprada, simplemente porque somos organismos mortales, por duro que suene.
Todas las enfermedades son emocionales: otro mito
Otro discurso que rueda bastante es el que le atribuye a las enfermedades una razón emocional. Así entonces, si nos molesta el hígado es porque guardamos rencor; si nos duele la rodilla, necesitamos ser menos soberbios (¡!); si tenemos una gastritis seguramente esta se deba a que no “digerimos” situaciones de nuestro pasado…
Es cierto que muchas enfermedades tienen un origen psicosomático pero también es cierto que muchas otras son orgánicas, físicas. Entonces, no podemos abandonarnos y esperar que el rencor se vaya sin hacernos un estudio para determinar si tenemos cálculos biliares; ¡no es responsable ni racional! Es fundamental hacernos los controles médicos porque hay factores físicos/orgánicos del estar que influyen en nuestra salud, como así también hay enfermedades que se empeoran según características psicológicas de la persona.
No alcanza con “vibrar alto”, la jugoterapia y más mitos
La pandemia nos ha dejado varias enseñanzas. Una de ellas es que por más saludables que seamos, por más que “vibremos alto”, si viene un virus como el Covid-19 es posible que nos enfermemos. “Vibrar alto” nos puede ayudar, por supuesto, a sentirnos mejor, pero no nos hace inmortales; conocidos son los casos de personas “saludables” que perdieron la vida a causa de la enfermedad.
Otro discurso de moda que he advertido es el que le otorga a la jugoterapia propiedades casi mágicas. Al respecto sólo diré que tomar jugo de apio no nos convierte en dioses del Olimpo. Podemos tomar litros de jugo de apio si queremos, pero si nuestra vida emocional y afectiva está detonada, si no tenemos un buen entorno, si vivimos estresados y peleándonos hasta con las plantas, va a ser en vano.
La vida saludable tampoco consiste sólo en alimentarse o moverse, ejercitarse; otro mito derribado. Tiene que ver con nuestros vínculos, nuestro entorno, nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.
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Entonces, mi propuesta es que empecemos a tener una vida saludable en serio, responsable, consciente y real. Porque somos personas, seres reales, no ideales ni inmortales, y si así lo entendemos les aseguro que llevaremos y miraremos la vida de una forma realmente saludable.